lunes, 24 de marzo de 2014

Morphine

Recuerdo cuando blanda la morfina enraizaba mi cuerpo en esos fastuosos jardines de antaño, me descubro a mi mismo paseando por lugares que nunca podría llegar a concebir sin la ayuda de la aguja, tremendos paisajes a los que ahora me remito, en un habitáculo con mucha luz pero sin misterio, porque ya no tengo esa nieve que me ayuda en mis viajes de descenso, en los calores recorriendo venas y nervios, en las cavidades de un mundo desconocido, cuya ciudad subterránea me enorgullezco de descubrir y dar a luz, de regar con mis aullidos informadores de versos extraños y nuevos, que cantan las frágiles caricaturas de los objetos emergentes, que no son para nosotros, que no son para la niebla, que no son para este extraño vaho que nos rodea verde y leguminoso, espeso, infranqueable, en el que me es difícil respirar, del que sé que ya no podré salir, como no salieron mis predecesores, tantos y tan confiados a un único destino, como las paralelas que inevitablemente se cruzan en el infinito, un horizonte vacío, hueco, transparente a toda ambición distinta del cigarrillo después del pinchazo, al desplome en colchones de algodón o colchones de paja o colchones meados o colchones de madera o colchones de tierra. Si la tierra mezclada con agua que da barro te humedece el pelo, procura imaginarte una diosa enjabonándote los cabellos con mirada provocadora y manos pacientes y delicadas, que saben que pueden acabar pronto, o que pueden estar ahí toda la tarde, sin esperar nada a cambio, sin recibir nada, sin pretensión, sin músculo, sin nervio, puro vaho.

domingo, 23 de marzo de 2014

Salí un día de mi cubo azul.

Salí un día de mi cubo azul, pasee por calles tan estrechas que se tocaban los tejados, besé a ranas que esperaban en las esquinas para ver salir el sol, paré un taxi para preguntarle por una calle de otra ciudad y me llevó allí, arrastré a Bea de la mano para que viera que Pedro le era infiel y le gustó. Vendí mi casa para dar la vuelta al mundo hasta el fin del mundo. Ahorqué a mi gato con las medias de mi amante oriental.
Soñé que por fin desaparecía. Maté al D.J. del bar de moda.Apagué las luces de la ciudad. Encontré un corazón . Regalé mi alma a uno que tenía dos, luego me enteré que buscaba almas perdidas, uno que nunca había tenido se rio de nosotros. Me olvidé de entregar un paquete. Soñé que hablaba con alguien. Le quité las alas a todas las moscas sin pareja. Por fin barrí la plaza Mayor. Encontré una oreja sin pendiente, el que la perdio no le importaba sólo buscaba desesperdamente el pendiente.
Volví al centro comercial, volví al mundo real, añoré la rutina de los demás...
Liberé a una mariposa de su jaula de grillos. Hablé con mi madre.
Me fui a dormir con la doncella de acero
No se puede hacer daño al agua no la puedes golpear.
Puse la tele y había muertos y risas.
Luz.
jose2004


cosas

sábado, 22 de marzo de 2014

Un grillo

Escucha: Plac cri cri Plac 
Plac
cri cri
Un grillo
Un grillo que canta a su amada
Un grillo que canta a la sirena
Un grillo
cri cri
Un grillo y las ventosidades de la chimenea
Plac
Un grillo
Las ventosidades de la sirena
Mau
Me aburro
Me doy la vuelta
Un grillo que canta a una sirena hueca
Me doy la vuelta
Es todo un sinsentido
¿Por qué?, ¿por qué?
Nadie entiende los sonidos de la naturaleza sonámbula
En sueños
Plac
El lenguaje de un sueño
Cri cri
Vaya absurdo
Me doy la vuelta y a lo mío
Plac
Me doy la vuelta a ver que hace mi dueño
Plac
Se va a la cama
Plac
Yo a dormir.
¿Qué pasa?
Alguien aporrea 
Plac
Tra tra tra
Plac
Me asomo
No hay nada
El grillo que canta al sinsentido
La masturbación hueca
Yo observo
Miro más de cerca
Plac
Querría mirar más de cerca
Plac
Cierra la ventana
Se va a la cama
Plac

Yo a dormir.

martes, 11 de marzo de 2014

jueves, 6 de marzo de 2014

Leopoldo María Panero ha muerto, este poema del noventaipico in memoriam... lo leímos en la última tertulia.

Chapoteando en lodo calentito

complacido en la caída

En mi recreo

contemplo almas lamiendo sus heridas

masticando jabón barato



nunca llegarás al nirvana

ni evadido 1.000 veces

de un sitio real.

Y no lo ubicas

porque es del germen del trigo

incubado del virus de un íncubo

y tiene el poder de

FLIPAR.

Aún recuerdo

la anestesia de las tardes de domingo.

Adorado olvido

aún me sirve la memoria.

  1. PALABRAS CONTRA EL ABURRIMIENTO.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Yo siempre acabo primero pero mal II

Os pongo los siguientes caps de esta historieta:

4. 
Hola, soy el hermano de Lndrl, Luis Mndrl, y el otro día iba yo por la Gran vía tan tranquilo dando un paseo como si fuera un día normal. ¿Y por qué no era normal? Yo no he dicho que no fuera normal. Iba yo por la calle de paseo mirando los árboles y hacía sol, los coches el autobús, y me encuentro a mi hermano Lndrl, el que tú conoces, y me le encuentro haciendo fotos a las papeleras, a las piedras, a la gente, a los bancos y cosas así. Y le digo ¿qué tal Mndrl? y me dice que muy bien, que lleva toda la tarde haciendo unas fotos cojonudas que le van a pagar un pastón por ellas y que enseguida en cuanto oscurezca se va a una tienda y que se las saquen por la impresora digital. Dice: yo levo el pen ellos lo enchufan y así de fácil. Todavía tengo que decidir el tamaño pero bueno. Y le pido que me las enseñe y me dice mira. Y miro la pantalla de la cámara y solo veo fotos en negro, todas fotos negras una tras otra habría miles. Y me dice que no le entiende que no sabe qué ha podido pasar y yo le digo que tenía el protector del objetivo sin quitar.

5.
Un día estaba por ahí con Lndrl dando una vuelta y me dice: te acuerdas del otro día que estábamos sentados en el parque y te contaba aquella historia. Y yo: perfectamente. Y él: pues me hace gracia que te acuerdes porque estaba un poco asustado. Y yo: ¿Asustado por qué? Y él: Es que hay un baúl en mi cuarto que lleva ahí mucho tiempo y no me atrevo a abrirlo, y cuando estábamos en el parque relacioné en seguida la historia aquella con el baúl que nunca voy a abrir. Y yo: ¿y por qué no quieres abrirlo y acabar con el misterio de una vez? Y él: Porque entonces me tendría que comprar otro baúl llenarlo de cosas y candarlo, y esperar un tiempo hasta que me olvidara de por qué dejé ese baúl ahí.
Y yo: Tienes razón.
Fue entonces cuando vimos a dos chicas pasar delante nuestro paseando a sus niños y las miramos, nos miramos y nos abrazamos los cuatro detrás de un árbol. Luego Lndrl paró a un tipo que llevaba un carrito de helados y me hizo sentir el frío en los dientes porque dice que es una sensación frontera entre placer y dolor. Yo no sentía nada porque debo tener los dientes más duros o yo qué sé y me compró unos catorce helados para que notara el frío en el paleto. Me los mantenía ahí sujetos en la boca, yo con los labios morados y un charco de varios colores a mis pies. Rojo. amarillo, blanco, negro. Fresa, plátano, nata y cocacola. Las chicas se acabaron aburriendo y se fueron con sus niños y nosotros nos tuvimos que ir corriendo porque resultó que ninguno tenía dinero para pagar los 14 helados que acabaron haciendo un charco en el parque. Hay que reconocer que el charco era bonito, así que me sentí un poco orgulloso cuando volví a casa después de aquella tarde.

6.
Y ahora sí: te agarro de las solapas y te siento en una mesa de madera enfrente mío. Tú dices que no es cómoda y yo ya sé que no es cómoda, estamos en la cocina de tu casa que es bastante amplia y nos separa una mesa de madera, nosotros en nuestras sillas de madera pelando patatas y charlando. Y te digo: Ahora sí. Y tu te vas a levantar a poner el fuego pero te agarro de las solapas y te siento, me siento al lado tuyo y te digo: ¿Te acuerdas de la historia del parque? Y tú: Perfectamente. Y yo: Pues el otro día iba paseando con Lndrl y el tío va y se agarra las solapas del abrigo y se enfunda dentro hasta que no se le ve la cabeza y yo le digo: ¿Por qué haces eso? Y él: Es que verás, el otro día iba paseando por ahí y me quedé mirando a una señora que iba con su niño en el cochecito a comprar el pan, y la señora le compró una pastita al niño y yo me quedé mirando porque me pareció una santa, que casi se me caen los lagrimones, y ahora no puedo ni mirar a las señoras con niño porque me abruman. Y yo: Vale. Y después de un rato paseando le digo: ¿Oye y tú cuándo vas a empezar a hacer algo? Y él: ¿Algo de qué? Y yo: Hombre me dijiste que eras un poeta visual y no se qué. Y él: Eso lo dije para engañar un poco a la gente y que señores con traje me invitaran a pastitas y otros dulces, porque yo no tengo padre y me gustaría tenerlo y que un día yendo a comprar el pan algún señor mayor me regalara alguna cosita sin que yo tuviera que pedirle nada. Y yo: ¿Y conseguiste engañarlos? Y él: Bueno en una ocasión casi pero eso ya lo sabes tú, que había una puerta giratoria y salí despedido por el lado que no era como una bala, bum. En otra ocasión me invitaron a una copa de vino, la bebí no me gustó y volví a escupir en la copa. Y me puse a toser con tal mala suerte que aún quedaba liquido en mi boca, así que salpiqué a todos como un aspersor, y al ver el desastre dije que no me gustaba el vino. El señor se enfadó porque dijo que había abierto la botella especialmente para la ocasión, que era muy buena y no se qué. Así que terminaron echándome. Me cogieron de las solapas del abrigo y para fuera. Yo les expliqué que a mi la verdad no me gusta el vino, yo soy de sabores más bien planos: un puré, mortadela un poco de foigrass y cosas así. Aunque de vez en cuando un dulcito nunca viene mal.
Y yo: ¿Y ahora qué te propones hacer para encontrar un señor que te dé un dulcito gratuitamente? 
Y él: Pues he pensado en aprender a jugar al ajedrez, porque hay un club por aquí cerca donde se reúnen los ancianos y se echan unas partidas que no veas, pero me he puesto a estudiar y me parece un juego muy difícil así que paso.
Y yo: ¿Y por qué no te haces barrendero o profesor o algo por el estilo?
Y él: Todo eso está muy bien pero necesito tiempo para pensarlo un poco. También quiero seguir con las fotos.
Y yo: ¿Con el protector del objetivo puesto?
Y él: Claro, ¿por qué no?

domingo, 2 de marzo de 2014

THE BUILDINGS "DOWN" (Drive Sessions) este es el grupo que NOS perdimos Míguel.


Yo siempre acabo primero pero mal

1.
Soy un tio serio. Soy un tio serio. Soy un tio normal que se pasea por el salón de su casa una tarde de sábado. O una mañana de sábado depende de cuándo te hallas despertado, porque está nublado y es imposible saber nada por el sol. Por el sol me descompongo como una liana y soy un tio sentado. Un tio sentado. Intento inventar pero no salen grandes estructuras solo hilos que recorren pasadizos cada vez más estrechos y oscuros, hasta que al final ves la luz como en algún sueño que he tenido. Y entras en un mundo que ya estaba ahí y lo descubres lo describes y para mí eso es inventar. Imaginaciones serias. Como que un día iba por la calle y me encontré con alguien y me tomé un café. Y me gustó porque el bar estaba calentito y las patatas bravas saladitas como a mi me gustan. Él se pidió un café yo una caña y un cruassant. Y veía a la gente pasar a través de la ventana pero tú no porque estabas frente a mí de espaldas al cristal. Y tu me preguntabas qué pasa ahí fuera y yo te lo digo, pasa gente, gente que sale de misa y se va a tomar un pinchito unas bravas saladitas nada más. Y tú dices y qué más, y yo te digo que una chica de dieciseis años va a ver a su abuelita. y está en la salita comiendo una galleta de mantequilla y hablando con su abuela, que ve Saber y Ganar, y mientras la chica piensa en un chico de clase que le gusta, y al chico le gusta ella pero no se han besado nunca ni se van a besar porque ellos están con la duda y prefieren quedarse con la duda y con pensamientos de sala de estar mientras la abuela ve Saber y Ganar, y el chico se mata a pajas en su habitación pensando en ella, en ese día que estaban en clase sentados uno cerca del otro y ella le roza el codo con la manita y a él se le pone el pelo de punta y se le levanta. Y tú pensarás que vaya mierda hacerse una paja pensando en una rozadita con la mano pero para él es mucho más sexo de lo que te imaginas porque no se pueden tocar ni se pueden besar. Y por un momento han roto la barrera, por un momento y nada más y eso es lo que cuenta. Y la chica piensa que es Domingo y que al día siguiente se sentarán juntos en clase de Ciencias Sociales porque son pareja. No pareja amorosa sino pareja de trabajo y les han puesto juntos no por orden de lista sino por un orden extraño que se le ocurrió al profesor de sociales mientras mordía su tostada con mermelada de frambuesa y le daba un beso a sus dos hijitas antes de que se fueran al cole. Se le ocurrió un extraño orden como de sandwich a pesar de que estuviera comiendo una tostada con mantequilla y mermelada; el primero de la lista con el último y así sucesivamente y resultó que la chica se apellidaba Abad y el chico Zubizarreta así que se rozaron el codo y surgió el amor, las chispas o el flechazo o como quieras llamarlo. Y ahora la chica está solita en casa de su abuelita y piensa en rozarle alguna parte de el cuerpo a su chico Zubizarreta mañana en sociales cuando les pongan juntos por orden de sandwich. Y a él le gustaría un sandwich mano-polla-mano pero ella no va a llegar tan lejos se parece a ti, pero casi. Porque ya en clase le roza el muslo con la mano casi sin querer no se apoya solo roza y el gusano se retuerce en su caverna de nylon.

2.
A veces me gusta concentrarme tanto que creo que si alguien me conociera sabría que me parezco a un zumo concentrado. Me gustaría ser denso como el concentrado de zumo, que con un par de gramillos seguro que haces litros y litros. Unos gramillos tú y yo en mi casa levantamos la cabeza tienes los ojos rojos quizás porque llevas con las lentillas toda la noche. A mí no me preocupa y a tí tampoco pero los tienes rojos acuérdate. Estamos en un tercero y tú levantas la cabeza de la mesita baja del salón que es de cristal con los rebordes dorados. el cristal limpio pero está lleno de cosas, papelillos, bolas de papel arrugadas, un condón usado. Cómo puedes tener un condón usado en la mesita baja de salón al lado de los libros en latín. Y tú me dices que esos libros son de decoración que nunca nadie los ha leido y nunca nadie los va a leer y me miras y me preguntas y qué más. Y yo te digo lo que sé, que el otro día me echaron algo en la copa que era rosa y me sentí un poco mariquita pero a la gente le hacía gracia, debía ser uno de esos potingues que ahora están de moda para echar en el gin-tonic pero yo me cago en todo porque en cada bar te lo ponen diferente. Tú pides un JB-cola y un JB-cola es igual en todos lados pero a mi en un sitio me echan flor de alhalí, en otro lima confitada y en otro bolitas de pimienta y ya estoy harto de que parezca que en mi copa cabe cualquier mierda que tengan cerca, toma un gusanito una colilla a medio fumar o lo que sea. Y al quinto ingrediente quitaron la música y yo solo veía una cortina de pelos de barba con baba de botellín de mahou, me doy la vuelta y alguien pregunta ¿sabeis lo que es una epifanía? y el de mi derecha salta ¡una revelación! y yo me descojono un poco y el tío lo relaciona con que un día creyó que era lunes pero en realidad era sábado. Ahora que te he puesto en situación te cuento lo que ví detrás de la barra cuando me di la vuelta, y era un mesías personaje místico o algo por el estilo lo que pasa es que a escalas locales la divinidad también viene en pequeñas proporciones y no cabe en un ángel de cabellos de oro y plumas suaves y blancas. Así que le dan a elegir tú que prefieres ángel o divinidad y el tío responde divinidad claro, porque es un místico en pequeña escala y eso es lo que me encontré, el resultado de una decisión epifánica y no pude hacer menos que besar su mano encostrada e irme de allí a contar la buena nueva. Me habría gustado quedarme un rato más pero demasiada responsabilidad. No quiero tener que negar a nadie tres veces.

A ver quien es el tooon jajaja
A ver quien es... jaja

Venga

A ver quien es el toonto que da la palmaada
A ver quien es el toonto que da la palmaada
Que tú que tú
Que yo que yo
Que sí que sí
Que no que no
A ver quien es el tooonto que da la palmaada
A ver quien es el tooonto que da la palmaada
...

3.
Hola buenos días hacía tiempo que no te veía bien, empecemos. Estábamos tú y yo sentados en un parque, te acuerdas? y entonces te empecé a contar lo de mi encuentro con Lndrl Mndrl. Recuerdo que íbamos a toda prisa entre calles mojadas de piedra y oscuras, y llegamos a un sitio muy lujoso creo, eran puertas de cristal incrustadas en la piedra que no se de qué manera podrían abrirse pero el caso es que dentro un vestíbulo iluminado con muebles caros como de hotel. Y estaba Lndrl Mndrl, que era mi colega y lo sigue siendo, un amigo y yo. Nos metimos en el vestíbulo al que se accedía a través de una de esas puertas que tienen aspas y giran y Lndrl Mndrl fue el primero en cruzarla craso error, porque no sabía muy bien cómo funcionaba y se puso a dar vueltas a toda leche y la puerta estaba bien engrasada así que podía girar todo lo que quisiera, y giraba tan rápido que hasta despedía una suave brisa. Y cuando terminó de girar allí estaba mi colega Mndrl, larguirucho, delgado, con un sombrero y traje, íbamos todos con traje. Y yo vi su rictus y estaba con la sonrisa de loco que se le pone a veces y salió por la puerta pero en dirección contraria. Lndrl que tenemos que ir a la fiesta. Es que Lndrl era escritor, poeta visual le gustaba llamarse, y teníamos una fiesta muy importante a la que acudir en el hotel, pero claro, Lndrl salió con tanta vuelta por el lado que no era y se puso a correr calle abajo. Corrimos detrás pero no había quién le pillara así que desapareció de la sociedad y del mundo y ahora solo le recuerdan en conferencias y pequeños actos académicos. 
En una ocasión yo tenía que dar una conferencia sobre él en la cocina de una casa de pueblo, ya he dicho que eran actos pequeños, pero no me había preparado nada así que conté la anécdota que te acabo de contar y recité un poema que tenía apuntado. Tenía apuntados más datos pero se me borraron así que recité el poema “agua”:
agua
repartidor de periódicos 
estrenas un chandal pero nadie te ve
el repartidor pasa entra y te tira el periódico al felpudo y piensas
esto es España y aquí nadie reparte los periódicos te los lees en el bar
orinas y metes los pies en las zapatillas de andar por casa y el retrete está lleno de agua
te enfundas tu smoking y vas a comprar una barra de pan y unas rosquillas
desayunas la tele encendida mojadas en leche y unas galletas recién salidas del paquete
necesito nuevas
pastas de dientes que me miren a los ojos y me reordenen un poco la cabeza
el calambre
me dió esta mañana en el pie malo el que siempre sueña el que siempre anda borracho
el que hace pis en los felpudos de las gentes
el que me obliga a poner eses al final de las palabras

como si todo fuera obra de un mono automático