viernes, 27 de junio de 2014

YA SOLO FALTA MI VERSION DE LOS LADRONES DE ESPEJOS


No es una cuestión de ideas,
no es una cuestión de tempo
ni de temperatura
no es ni siquiera
una cuestión de porcentaje
ni de probabilidades
no es un problema de forma
ni de circunstancia
no tiene nada que ver
con el tamaño
ni con la frecuencia
no es un nuevo tipo de partícula
pero se parece a eso
que siempre se me escapa
y suena igual y huele igual y habla de lo mismo
y tiene tu sonrisa,
tiene tus dientes
y también tiene
tus manos
y todas tus caderas,
todas las curvas
todos los espacios
y todos los huecos que dejan 
y lo que no tiene nombre
todo lo que algún día
(lo que tu crees que eres
y todo lo demás)

ESPEJOS TEMPORALES.
(Mi versión de ¿Están cerca los ladrones de espejos?)




no pienso
no hago otra cosa que nada
si quiere que cambie sola
esta puta criatura
que salga

sin preguntar
sin hacer tic
ni hacer tac
sin llave
sin sexo

que salga el semen
que coman los ojos
que se den la vuelta los pies 
que se inviertan
las fachadas

no siento
no tengo más que nada
da lo mismo soñar que mentir
hacer como que apagas la luz
contar del infinito hacia atrás

sin hablar
o en voz baja
hacer pis por la ventana
salir de la calle
y entrar en las casas

en todas que entren
también todas las cosas
(el aire de) los globos inflados
(los trozos de) las copas rotas
todas las raciones de nada

no escucho
es mejor que la gente ponga la oreja
en el tambor del deseo
en el trueno del silencio
en la lluvia de los celos

sin quejarse
sin apenas
pestañear
sin preguntar
llegar y pin pan

que retumben
que rompan
que abran
que se pongan de espaldas
y se queden en un destello de nada

no veo
el espejo me roba mi reflejo
no puede salir nada
bueno
quizá ya está saliendo

sin relieve
sin sombra
voy por los sueños de otros
sin mis alas
me siguen

un nutrido cortejo de nadas
ríen
gritan
cantan
ponen en mí su ansia




jueves, 26 de junio de 2014


Es posible que la pena
ya no merezca
más penas
y la alegría
no alegre
de verdad
no sea para tanto lo mucho
o lo demasiado
es muy posible que la felicidad
solo sea un forma barata de tristeza
la vida un subgénero de la inercia
y estemos obsesionados en vivir
y hacemos todo lo posible
por no estar demasiado muertos.
No te creas nada
la solución a esta ecuación
es otro acertijo mas grande
es posible que la juventud sea solo
otra manifestación de la violencia
y la belleza los limites del infierno
es posible que los vagabundos
seamos los únicos que estemos quietos
intentando permanecer estables
durante todo el proceso
y sea el universo
el que se pierde
de una manera perversa y caótica es posible
que el movimiento sea la expresión de un fenómeno ilusorio
y la ilusión nos venga dada por defecto
y el defecto sea la esencia
que esta contaminando
la base de nuestro tiempo,
la todo nuestro movimiento,
es posible
e inconmensurable
es amorfo y sincrético
es psicótico, neurótico y solo tiene un ojo
es alegre, sucio, vicioso, obsesivo, macabro,
ególatra y oportunista
es definible, cuantificable
insobornable, es inabarcable
es abominable e inaceptable
es inasumible e inabordable
es inimaginable y no tiene sentido
no tiene brazos, no tiene miedo,
no tiene paciencia, no tiene criterio
y está furioso
con su destino.

lunes, 23 de junio de 2014

LA TARTA QUE VA ANTES DEL POSTRE

La tarta que va antes del postre, es el título de un Collage de diez micro-poemas de Emilio Papel. Con la idea de aquello que disfrutas antes y con más fruición de lo que disfrutarías un postre, Miguel Ángel, Patricia y yo improvisamos sendos textos

Emilio Papel

LA TARTA QUE VA
ANTES DEL POSTRE



La tarta que va
antes del postre
el hombre que va
antes que Agustín Fernández Mayo
el domingo que va
antes del sábado
de este mismo mes
de un año antes
crecen en el horno
del bizcocho de Antibiótico
cerezas pares de postre
narcisos amarillos
hormonados y espolvoreados
antes de una torre.

El roce que va
antes del pétalo
el aroma que va
antes del estambre
el día que va
antes de nada
esta noche que va
antes de nadie
vienen a la piel
del pastel de poros
dobles pares de labios
licores sencillos
vaporizados y polarizados
antes de un palacio.

El anhelo que va
antes del momento
la sonrisa que va
antes de la llave
la imagen que va
antes del acto
el segundo infinito que va
antes del minuto convexo
dejan en la cara
del dulce de carne estimulante
escalofríos de moras y ositos
cosquillas de gominolas con brillo
ácidas y saltarinas
Peta zetas cuádruples.


Miguel Ángel García González


Cinco minutos antes de la función en las bambalinas comprendes que tú no puedes y yo tampoco, comprendes
que las frases que tienes aprendidas para que los espectadores se ilusionen con tus pechos están todas cuajadas de yogurt
crema transparente impregnas
en las lentes de mis gafas, mis lentillas o el aparato transpira
detrás de la córnea

escupes
y no tengo dónde mirar
empalagas con los restos que quedan en tus muelas 
la comida abundante que esperaste tanto tiempo
y que nunca llega
me replicas
a veces obedeces con tu lengua
una tarta
que se queda en las bambalinas
antes de la función que estás apunto de representar
para que nunca mueras
que replique abundancia de expresiones sensitivas
en un espacio amplio,
el carácter muy amplio de tu espacio está por demostrar pero blando
con tus ojos llenos
muy blando
deslizando conexiones de tus partes más íntimas
hasta que moqueta suave
la tarta
que lames
me repita
sentidos que nunca escucho
calambres en las bocas de todos los hombres que te echan el aliento en tu pecho
maníacos del azúcar
golosos que te miran con ojos como platos
de postre.

LA HIELERA

Tienes los inviernos guardados en el congelador, al lado de los cubitos que ya saben mal porque no los utilizas. Lo sé porque siempre que voy a tu casa te pido una coca-cola con hielos, y si no tienes, agua con hielos; y se nota que te molesta, porque no estás acostumbrada a sacar hielos de la hielera.
Tu eres más de beber en caliente.
Si voy otra vez a tu casa se acabarán los hielitos y tendrás que reponer. Y no sé si podríamos soportar esto juntos. No sé si tu fastidio por llenar la hielera, unido a mi impaciencia por no tener un vaso con hielos cerca, nos herirían para siempre.


Prefiero no saberlo y esperar a que te mudes de piso. Quizás uno con congelador más grande, o con más hieleras que logren soportarme.

domingo, 22 de junio de 2014

Supongo que lo que menos se esperan los demás de uno sea la solidez de una habitación, un cuarto sesudo con aires de propio en el que macerar la iniciativa del fracaso, la conversión a la normalidad,  que seas el esteta del futuro que te envuelve en un aire de ingravidez, inalcanzable, perfecto, sobrio, sin fisuras, conversación de siglos con las ideas bien flanqueadas. Mucha cultura mucho blablabla. Mucha mueca soberbia en tugurios de fracasados. Yo persigo la idea pero a veces veo fisuras y me quemo los ojos:
Estaba el otro día con mi colega abrasando dogmas y viejas creencias cuando se me ocurrió la tontería y no supe volverme atrás, nunca me despisto pero esta vez apareció la idea sórdida, obscena, de la que siempre nos reímos para que pase inadvertida, un si te he visto no me acuerdo, no vuelvas nunca y cuando vuelvas verás nuestros pañuelos agitarse en señal de despedida y carcajadas transmitiendo indiferencia.
Nos comíamos unos cacahuetes sentados en la terraza de un bar, unas cervezas para pasar el trago abrasando dogmas y viejas creencias, y la risa no aparecía por ninguna parte, aunque la conversación se rodeara de ideas bastante huecas con pinta de gigante. Discutíamos y recitábamos las viejas parábolas que parecen mágicas, pero nuestros ojos, las miradas que nos echábamos no mentían. No había lugar para la risa, solo la congoja, la congoja sola. Cada sentencia parecía más hueca que la anterior, y ya nos estábamos quedando sin repertorio. No había lugar para refugiarnos en los cacahuetes o la cerveza, todo estaba pareciendo un sinsentido, nuestras miradas también cada vez más huecas y no quedaba otra salida que agarrarse a algún objeto obtuso, porque la risa no aparecía por ninguna parte. Sin embargo los objetos que nos rodeaban no nos reconfortaban demasiado, ya se sabe: mesas, sillas, botellín y cuenco de frutos secos. Todo cada vez más vacío y absurdo, con visos de llegar al final tremendo: o nos despiezamos allí mismo como pollos a punto de participar en un asado, o nos llevamos las manos a la cabeza para atusarnos los cabellos y a casa, sin necesidad de continuar lo que se sabe a ciencia cierta cómo va a acabar: mal, muy mal.
Yo me desesperaba por un pendiente, un frasco de cristal grueso, una baldosa con relieve de cara o alguna otra quimera. Ya estaba a punto del fracaso cuando lo encontré. Aquello que apuntalaría las revelaciones fracturadas, esas que nos rodeaban y no nos dejarían dormir aquella noche. Aquello que por fin daría un sentido a nuestra existencia allí, sentados en el café con dos botellines a medias y el cuenco de cacahuetes vacío. Lo tenía enfrente de las narices, como siempre pasa. El papel sentenciador, la frase repleta de variaciones y significados; pero poco importan estos porque basta su presencia, su carácter de rótulo final, de solución última, de paz, de paz en definitiva, de gracias señor por todos los dones que nos has prestado, los hemos empleado bien, trabajos bien hecho, el tiempo del descanso va a llegar, gracias por tu luz, reverencias y súplicas, ahora podremos dormir a gusto, gracias en fin.



CAÑA  2 x………………….. 3,60

miércoles, 18 de junio de 2014





José Vicente Martín Payán ESTÁ AHÍ SOLO, ENTRE BALDOSAS GRISES COMO TABLETAS DE CHOCOLATE, EN UNA CALLE CUALQUIERA DE UNA CIUDAD CUALQUIERA. EL PARDAL, EN EL FRÍO SUELO, PENSANDO EN PILLAR UNA MIGAJAS Y VOLAR AL CABLE DE LUZ MÁS PRÓXIMO COMO UNA PINZA EN BLANCO Y NEGRO QUE SOSTIENE ROPA LIMPIA, SE HA COLADO AHÍ, ENTRE EL PAISAJE DE ANTENAS Y TEJADOS TAN ALEJADOS DE SU NATURALEZA ORIGINAL. YA SE HA ACOSTUMBRADO A VIVIR ENTRE NOSOTROS EL PÁJARO DEL TRAJE GRIS, POBRECILLO, POBRES NOSOTROS. CABALLERO DE FIGURA TRISTE. PRIMAVERA, VERANO, OTOÑO INVIERNO, UNO MÁS EN LA FIESTA DE LOS MANIQUÍES, NO LOS TOQUES POR FAVOR, TREMENDO DERRAPE EN LA ACERA. YO, PLUMA EN RISTE (QUE NO LAS SUYAS, ATERIDAS) VOLARÍA A LO MÁS ALTO Y LE DEDICARÍA UN NEÓN EN FORMA DE NUBES FLUORESCENTES QUE DIJERA CON ORGULLO PAJARIL, EL PECHO HINCHADO: "¿QUÉ HACÉIS AHÍ ABAJO, TAN AJETREADOS, DE AQUÍ PARA ALLÁ? ¿NO VEIS QUÉ NO HAY NADA? SÓLO PISAR EL SUELO PARA IR A NINGUNA PARTE. " Y SIGUIÓ PICOTEANDO COMO SI NADA.

lunes, 16 de junio de 2014

GRANDE, GRANDE, GRANDE

Me confundí. Hay veces que haces las cosas sin pensar y te confundes.
Estaba en el cuarto de baño leyendo el periódico como hago todas las mañanas. Primero las noticias locales, las fotos de los vecinos de pueblos de alrededores tomando una paella o un asado, porque ahora en verano son fiestas y siempre hay algún pueblo que lo celebra con una comida popular. En invierno suele ser más aburrido, solo fotos de reuniones de negocios o familiares, donde es más difícil detectar el rostro de comunión que se les queda a los chavales del pueblo cuando están con los suyos, los bigotes manchados de antenas de gamba o chocolate.
Saber leer el periódico no es cualquier cosa. Yo tuve que practicar tardes enteras en el psiquiátrico porque no podía estarme quieto. Resultó que leer el periódico era la cosa que más me relajaba, aunque al principio siempre acababa arrugando las hojas, porque me liaba. Son hojas grandes y no están grapadas, y hay que prestar mucha atención y cuidado cuando pasas página. Te humedeces el dedo, agarras la esquina sin doblarla y pasas lentamente, dejando que el sonido del papel de periódico te embarque en la incertidumbre de la siguiente página, con su olor a puro.
Ya eran las once y media y se hacía tarde, no suelo tardar tanto en leer el periódico en el cuarto de baño, normalmente con un cuarto de hora me basta, pero esta vez llevaba ahí más de una hora. Una de las fotos locales me tuvo un poco engatusado. Era una señora de setenta y siete años que celebraba su cumpleaños rodeada de sus seres queridos: hermanos, hijos, amigos. Tenía incluso nietos y bisnietos, y en el pie de página ponía algo así como “Todo esto no habría sido posible sin ti, abuela”. A mi nunca se me ocurriría cargarle de tanta responsabilidad a mi abuela, pero bueno, allá cada uno con sus cosas.

A lo que íbamos, se hacía un poco tarde y yo quería terminar el periódico, sobre todo quería llegar a la sección de parrilla de TV, que siempre me entretiene. Además al lado están los horóscopos. En fin, que me salté la sección de deportes, pero se me olvidó por completo humedecer la lengua, doblar con cuidado todas las páginas una por una, quise hacerlo rápido, todo de golpe, y ya sabe que las cosas o se hacen bien o no se hacen, así que toda la mañana a la basura, las páginas descolocadas, el ruido del papel de periódico cada vez más y más fuerte, y yo quería pararlo así que me levanté, lo eche ahí y tiré de la cisterna, todo dando vueltas, yo en el hospital forzándome a leer el periódico, el retrete regurgitando, la abuela saboreando su amargo final de fotografía. Y me sentí responsable de todo aquello, que no era precisamente una familia feliz con sus nietos y sus bisnietos, sino una mole que se hacía cada vez más grande y sucia. Ya no había quién que la hiciera parar.

TU MATERIA OSCURA


LOS PUZZLES TEMPORALES


En nombre de todo lo gastado
de los pies bajo el suelo y de las líneas rotas de la mano
de las ratas en el agua de todos los barcos fantasma
de las huidas hacia adelante y de todas las batallas no presentadas
de todo lo usado lo ajado y lo pasado
todo lo menguado y lo reducido
desde el primer ladrillo
pasando por el último
hasta el agujero infinito
de la flauta de Hamelin.

En nombre del arte del miedo y del celo
de la piel salpicada por lava volcánica
en el reino de las frases que se quedan grabadas
para siempre al otro lado del alma
al margen de todo intento de cambio
en la eternidad de las grietas de las montañas
en el sueño diario de dejar todo a un lado
de la frecuencia de tu ritmo cardíaco
de las cicatrices de mis labios
de los anillos abiertos
del blanco del invierno
los ojos fuera
las lágrimas
dentro
los besos
rotos
los codos
clavados
callando deseo
doblando el paso.

lunes, 9 de junio de 2014



En nombre de todo lo invertido,
de todo lo que se arrastra y se reproduce,
todo lo que explota, todo lo que supura
y todo lo que se corrompe.
Todo lo cortante y lo punzante
todo lo inimediato, lo menguado,
lo sublime y lo irreversible,
todo lo compilable y lo asociable,
desde el centro de la fractura
hasta los confines del rayo.
En el arte de la velocidad y de la duda,
en la magia del acantalido y de la bala,
en el reino de las sonrisas melladas
y de las piernas torcidas.
Al otro lado de la alambrada,
al margen de todo intento de antentado,
en el fluido de la realidad y de su espanto,
en la normalidad de los agujeros negros
en la frecuencia de los golpes acompasados
en la magia de las narices astilladas,
de los puños abiertos
en el blanco de los tendones
los ojos fuera
las pulilas
dentro
los labios
rotos
los codos
marcados

doblando mentes

pisando el futuro